Día del Teletrabajo: el reto de diseñar espacios que cuiden el bienestar de las personas.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), actualmente el 15 % de los trabajadores españoles realiza teletrabajo regularmente, el porcentaje más alto en tres años.- Lyreco, partner líder en soluciones integrales para el entorno laboral, destaca que el verdadero desafío es que cada espacio, ya sea en casa, oficina o coworking, esté diseñado para proteger la salud y el bienestar de las personas.
Cornellá, 16 de septiembre de 2025–. El teletrabajo ha dejado de ser una fórmula pasajera para convertirse en una modalidad consolidada en España. Lo que en su origen fue una medida de urgencia adoptada durante la pandemia, hoy se ha convertido en una forma de trabajar plenamente integrada en la vida de millones de profesionales. Sin embargo, la conversación ya no gira en torno a si es mejor la oficina o la casa, sino en cómo deben ser los espacios en los que desempeñamos nuestras tareas para que favorezcan la salud, la motivación y el rendimiento.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa en el 14,6 % el porcentaje de empleados que trabajan de forma habitual desde casa, la cifra más alta registrada en los últimos tres años, superando incluso los niveles observados después del confinamiento. Este modelo es especialmente relevante en la Administración pública, donde casi el 49 % de los empleados estatales realiza teletrabajo, consolidándolo como una práctica habitual.
El Día Internacional del Teletrabajo es una invitación a repensar cómo serán los espacios laborales del futuro. Lyreco, , partner líder en soluciones integrales para el entorno laboral, subraya la necesidad de ir más allá del debate sobre la ubicación del trabajo. “El verdadero reto ya no es decidir si trabajamos desde casa o desde la oficina. El desafío está en garantizar que cualquier espacio de trabajo esté diseñado para cuidar del bienestar físico y emocional de quien lo utiliza. Ese será el rasgo que defina a las organizaciones que lideren el futuro del trabajo”, afirma Rafael Jaraba, Responsable de Seguridad y Salud de Lyreco Iberia.
La ergonomía es el punto de partida. No trabajar con una silla ajustable o mantener la pantalla del ordenador a una altura incorrecta puede parecer una incomodidad pasajera, pero en realidad se traduce en problemas musculoesqueléticos, dolores cervicales o fatiga visual que se cronifican con el tiempo y que afectan directamente al bienestar y la eficiencia del trabajador. El impacto de estos factores no solo afecta a la salud de los empleados, sino también a la productividad global de las organizaciones, que ven aumentar el absentismo y reducirse el rendimiento.
Más allá de la ergonomía física, existen otros elementos igualmente determinantes para el bienestar. La calidad de la iluminación, el nivel de ruido ambiental, la temperatura o la ventilación influyen directamente en la concentración y la energía con la que afrontar la jornada. “Un espacio mal iluminado, por ejemplo, puede provocar cansancio y dificultades visuales. Un entorno con exceso de ruido interfiere en la capacidad de atención, y la falta de ventilación incrementa la fatiga mental. Todo ello pone de manifiesto que el diseño de los espacios de trabajo no es un asunto estético, sino una cuestión de salud pública laboral”, añade Rafael Jaraba.
El impacto del diseño en el bienestar psicológico también es significativo. La flexibilidad, tan valorada por los profesionales, ha traído consigo riesgos como la dificultad para desconectar al final de la jornada o la sensación de aislamiento social. Si los espacios de trabajo no contemplan mecanismos que fomenten la interacción y el contacto humano, la desconexión emocional se convierte en una amenaza real para la salud mental y la motivación. En este sentido, la oficina del futuro se concibe como un lugar que fomente la colaboración, la innovación y la construcción de cultura corporativa, mientras que el trabajo individual puede realizarse en otros entornos más flexibles.
La clave está en entender que el bienestar en el trabajo es integral. No basta con proporcionar mobiliario ergonómico o asegurar la comodidad física. Es necesario diseñar espacios que tengan en cuenta la salud mental, la necesidad de socialización y la importancia de los tiempos de descanso. “Incorporar zonas para pausas activas, promover hábitos saludables y facilitar entornos que refuercen la motivación forman parte de una estrategia que pone a la persona en el centro”, afirma Herrera.
Para muchos expertos, el bienestar ya no es un beneficio añadido, sino un pilar estructural del empleo moderno. Se trata de una condición imprescindible para atraer y retener talento y para construir organizaciones más resilientes. La apuesta por espacios saludables no es solo una cuestión de responsabilidad social, sino también de competitividad.
“El teletrabajo llegó para quedarse, y con él la obligación de diseñar entornos más humanos, más saludables y más productivos. Porque, en última instancia, el bienestar de las personas será siempre el mejor indicador de éxito en cualquier espacio laboral”, concluye Rafael Jaraba de Lyreco Iberia.